Por Vanessa Vannay
Allasia: Licenciada en Musicoterapia. Máster en Investigación en Cs. Humanas y
Sociales. Profesora Universitaria. Músico. Desde hace 17 años trabaja
impartiendo cursos y talleres de música y musicoterapia, crecimiento personal y
desarrollo emocional.

La música tiene la
capacidad de interaccionar con todos los componentes del grupo convirtiéndoles
en los protagonistas de su propio proceso de aprendizaje. Una de las
modalidades más efectivas de intervención musical es bajo consignas cooperativas que ayudan a conocer, respetar y aceptar las
diferencias. En otras palabras, realizar juegos musicales cooperativos en donde
nadie pierde y todos ganan, promueve el conocimiento no sólo de la propia
cultura sino la de los demás, facilita la comunicación, la expresión de
emociones y el entendimiento entre compañeros y compañeras. Por eso es importante
que desde el/la docente se tome realmente conciencia de lo significativo que
resulta incluir actividades musicales específicas que beneficien un clima de
confianza para la formación de nuevos valores morales y actitudes críticas
positivas en la integración social. Descubrir la riqueza musical que ofrecen
las distintas culturas es una vía para mejorar las relaciones de igualdad, la
cooperación entre las personas y enseña actitudes positivas de respeto y
convivencia multicultural.
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