María del Carmen Herrera
Doctora en Cambio social por la Universidad de
Salamanca. Máster en Comunicación y Nuevas Tecnologías aplicadas a la
educación. Escritora y académica especializada en temáticas
culturales y sociales.
Desarrolla actividades de docencia y gestión de proyectos en Educación Superior
Un 9 de enero de 1908 nace en París Simone de Beauvoir, una de las grandes pensadoras del siglo XX, filósofa, escritora, una intelectual comprometida con su tiempo y con su circunstancia dentro del pensamiento existencialista francés que trascendió y que ocupó un lugar importante en el mundo occidental.
Actualmente, hablamos de
la cuestión de género pero esta
temática no hubiera surgido sin
esta puerta legítima que abrió Simone de Beauvoir. Hoy la recordamos como
autora de una de las obras fundamentales sobre la mujer, ya que con ella se
sientan las bases de un pensamiento crítico extenso y profundo como no se había
elaborado antes.
En 1949, a los 41 años de
edad, Simone de Beauvoir publica El
segundo sexo e inmediatamente levanta polémicas. El libro se convierte en
un best seller y la primera semana se
venden 22.000 ejemplares. Esta publicación es uno de los referentes puntos de
partida del feminismo del siglo XX.
Con este libro, la autora
abre y funda la conciencia de ser mujer --hasta para sí misma-- en el siglo XX
con una lectura nueva y profunda para su tiempo, en una época de reconstrucción,
de posguerra. Por detrás estaban todos los atisbos de la lucha feminista, ya
sea de siglos anteriores o del
precedente.
Sin lugar a dudas, El segundo sexo es un libro fundacional
del feminismo acompañado de una praxis coherente de su autora. En él se exponen
y analizan los diferentes registros de la época en torno a lo femenino,
registros plurales que van desde lo biológico, lo psicoanalítico, pasando por
lo histórico y lo marxista. El texto propone, en un primer momento, una mirada
inicial externa, refiriéndose en particular a cómo se ve la temática de la
mujer desde la perspectiva masculina
legitimada como “lo científico” a través del conocimiento. En un segundo
momento, pasa a analizar y describir a la mujer en situación. Y desfilan la madre,
la prostituta, la lesbiana, la narcisista, la enamorada, la mística, etc. Se
destaca todo lo que en las diferentes circunstancias llevan a creer en la
inferioridad de la mujer y en los efectos que la internalización de esta
creencia promueve a las elecciones vitales.
Uno de los grandes problemas
planteado por Beauvoir es el rol
interiorizado que la mujer ha cumplido históricamente tanto en lo público
(de donde es erradicada) como en lo privado (se le establece como prioritario
la vida familiar, la maternidad, cuidado de los hijos). Esta situación se pudo
sostener por dos creencias: una, la internalización femenina de la propia
incapacidad; y la otra: la creencia de que quedarse soltera la habría de poner
en riesgos económicos o sociales. Toda la comunidad en los distintos momentos
de la historia ha reafirmado la inferioridad femenina y la necesidad de que
tener una familia y un marido contribuirían a completar su ser “carenciado”.
La responsabilidad de esa
situación histórica de hecho no es solo de las mujeres, los dos sexos han
contribuido para que se sostuviera.
La mirada crítica a la
condición femenina de Beauvoir es una crítica a la Modernidad que moldeó
por más de dos siglos estereotipando las conductas a fuerza de tradición y
costumbre, marcando la senda que debe transitar la mujer, organizándole un
universo de subjetividad que desde una edad muy temprana la sociedad se
encargará de que introyecte.
Pese a los logros en
otros campos, la revolución francesa significó una gran derrota para el
feminismo, ya que cuando le tocó resignificar
los espacios sociales de lo femenino y lo masculino, reafirmó que lo masculino
es el espacio de la construcción de discursos, de lo público. Femenino, en
cambio, es el espacio privado de la familia, los hijos, el encierro.
Uno de los grandes
aportes que nos deja de Beauvoir es comprender que muchos de los logros de las
mujeres se realizaban a través de luchas por reivindicaciones específicas pero
siempre desde el lugar simbólico que el patriarcado les había asignado, no
existía entre sus fundamentos cuestionamientos profundos de las relaciones de
poder. En este sentido, su mérito está en la construcción de una línea crítica
reforzando el concepto del movimiento feminista y sus luchas contra la falsa
igualdad.
Si bien considera que el
capitalismo alteró las relaciones entre hombres y mujeres al incorporar a estas
últimas al trabajo, Beauvoir insiste en que no basta con modificar la condición
económica de las mujeres para transformarlas, pues si ese factor no entraña
consecuencias morales, sociales y culturales, etc., no acontecerá un cambio. El
capitalismo incorpora la mujer masivamente porque es mano de obra barata y más
sumisa. El aporte capitalista es que fueron proveedoras económicas del hogar
como un plus, un además, a sus otras actividades se sumó el de ser trabajadoras
externas con salario.
Muchas de estas
conceptualizaciones siguen vigentes porque la profundidad del análisis de
Beauvoir desde los numerosos puntos de vista no han sido superados aunque la teoría
feminista posmoderna va a ampliar los
interrogantes.
Luego de haber conseguido
el voto, el movimiento feminista de mediados de siglo XX, resurge a finales de
los años sesenta. Este nuevo feminismo comienza a constituirse en una
importante producción de conocimiento y de crítica y transformación del
contexto cultural. De este modo nuevas conceptualizaciones entran al análisis
social tales como patriarcado, género, casta sexual, y además explicitan la
oposición de lo público/privado.
De la publicación y los
efectos de El segundo sexo ha
transcurrido más de medio siglo. En
estas últimas décadas hemos visto la ampliación que el feminismo igualitario de
la modernidad ha producido, con nuevos flancos que interpelan a la cultura
patriarcal. Tampoco podemos hablar de una sola línea vigente en los
posicionamientos feministas.
Dos grandes tendencias
parecen prevalecer, el feminismo de la
diferencia y el feminismo de la
igualdad. El primero, encuentra en el
concepto de diferencia un sentido extremo de libertad para las mujeres.
El segundo, significa libertad e igualdad de oportunidades para ambos sexos y
el despertar de nuevas individualidades, una vez que se hayan liberado tanto
hombres como mujeres de los estereotipos de sexo.
Tal vez haya mayor
cercanía entre el feminismo de la igualdad y el pensamiento de Beauvoir, pero
indefectiblemente estarán sus ideas ligadas también al feminismo de la
diferencia en cuanto a la deconstrucción que su obra inicia.
Indudables los aportes de
El segundo sexo como texto fundacional
con continuidades y rupturas. Más allá de las diferencias existe un denominador
común en los debates feministas en general y es su interpelación por la
condición femenina, su toma de conciencia de la opresión de la mujer y su lucha
por la modificación de tal condición.
Con las marcas de su
tiempo, de su circunstancia, Beauvoir abrió una puerta e instaló la temática de
la mujer de un modo diferente y con una profundidad inusitada en el pensamiento
del momento.
Nos queda tanto por
transformar en estos nuestros tiempos que no podemos darnos el lujo de
prescindir de ninguna contribución. Los dramas cada vez más extendidos de la
violencia de género, la trata sexual como neo-esclavitud, el temor de tantas
mujeres amenazadas, y el de todas aquellas que mueren a manos de quienes
dijeron amarlas, nos evidencia una problemática presente de urgente reflexión
(Rodriguez Magda, 2009).
Valgan sus aportes y la frase paradigmática de la autora: “No se nace mujer, se llega a serlo”. Cabría agregar, “tampoco se nace hombre, se llega a serlo”
y con esto nos situamos en la problemática de género como una responsabilidad
colectiva que requiere un trabajo de reflexión en todos aquellos actos,
aparentemente neutrales, de nuestra vida cotidiana.
BIBLIOGRAFÍA
Beauvoir, Simone (2005): El segundo sexo. Madrid: Cátedra.
Rodríguez Magda, Rosa Ma.
(2009): Simone de Beauvoir, una lectura
trasmoderna. Conferencia del
Congreso Internacional Simone de Beauvoir. URL, https://rodriguezmagda.blogspot.com . Consultada 05/01/2013.
Carnero, Silvia (2005): La condición femenina desde el pensamiento
de Simone de Beauvoir. A parte Rei.
Revista de Filosofía, N°40, Julio 2005. URL,
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/carnero40.pdf , Consultada 02/01/2013.
Feminismo: entre la Igualdad y la Diferencia. Dossier de El viejo
topo, N°73, marzo de 1994.
Amorós, Celia (1997): Tiempo de feminismo: sobre feminismo,
proyecto ilustrado y posmodernidad. Madrid: Cátedra.
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