Aportes artísticos creativos para una mirada al futuro
Vanessa Vannay Allasia
Para comenzar vamos
a definir a grandes rasgos que la musicoterapia es una terapia artística
creativa que usa los elementos de la música, el sonido y el movimiento con
fines terapéuticos. Es una modalidad como el arte terapia, la danza movimiento
terapia, el teatro terapia y la poesía terapia, todas utilizan herramientas del
ARTE para beneficio de la salud. La musicoterapia es una intervención terapéutica
con técnicas y metodologías que le son propias. El profesional de la
musicoterapia es una persona que debe tener formación universitaria. La
propuesta de intervención es no farmacológica y es una terapia más, dentro de
todas las que se ofrecen para mejorar la calidad de vida de las personas que lo
necesitan.
La musicoterapia NO es una terapia
alternativa. No tiene que ver con lo mágico, lo azaroso, lo esotérico. Según Bruscia, es un proceso de intervención
que implica a la música y al terapeuta. Cualquier uso de la música para un
beneficio terapéutico que no implique un terapeuta no se considera
Musicoterapia. Con respecto al campo de acción de esta disciplina, actualmente
se ha abierto el abanico de posibilidades y la musicoterapia no sólo se usa con
fines clínicos, sino también preventivos y educativos, irrumpiendo con fuerza
en otros ámbitos socios-sanitarios, como la atención a la comunidad, la
escuela, los hospitales, las residencias geriátricas, los centros
penitenciarios y de inserción social y con mujeres supervivientes de la
violencia de género.
Pero,
¿qué aporta esta terapia artística creativa a estas últimas? Sabemos que las mujeres que han sufrido violencia por parte de su pareja, manifiestan
una serie de respuestas emocionales asociadas a esta experiencia traumática con
las que nos vamos a encontrar en terapia y que debemos tener en cuenta a la
hora de planificar la intervención. La violencia repetida e intermitente,
mezclada con esos periodos típicos de arrepentimiento y de ternura del agresor,
suscita en la mujer una ansiedad extrema y unas respuestas de alerta y de
sobresalto permanentes, entre otras cosas como el miedo, la baja autoestima, el
temor y el nerviosismo. Está demostrado que la música y el sonido influye a nivel
físico y psicológico de la persona. Cuando escuchamos música advertimos cambios
a nivel físico como el tono muscular, la mecánica respiratoria, el ritmo
cardíaco, etc. También podemos notar cambios a nivel psicológico porque con la
música podemos expresar emociones y comunicar ideas, nos podemos identificar,
movilizar nuestras fantasías y evocar momentos y situaciones de nuestra vida,
entre otros… los musicoterapeutas realizamos nuestra formación académica en
universidades y aprendemos a diseñar tratamientos para todas aquellas personas
que necesitan mejorar su salud.
El
tratamiento musicoterapéutico en violencia de género trabaja a partir de
dinámicas sonoras e improvisaciones musicales, en donde la mujer puede expresar
lo que siente a través del sonido. No es requisito fundamental que ella tenga
conocimientos musicales previos ya que la música en este caso no será un fin en
sí mismo, sino que será un vehículo de expresión, un medio para la mejora de la
conciencia corporal y emocional que contribuirá en la disminución del estrés y
la ansiedad, potenciando la autoestima y desarrollando nuevas capacidades de
afrontamiento socioemocional ante su nueva vida. Además, las sesiones de
musicoterapia darán la posibilidad de abrir y compartir canales de comunicación
verbal y no verbal con el terapeuta, brindarán una mayor libertad de expresión,
el aumento de la capacidad de sobrevivir a situaciones conflictivas y a generar
soluciones saludables a las mismas. En los encuentros musicoterapéuticos se
trabaja desde la empatía y la aceptación incondicional sin enjuiciarla, desde
la comprensión, como una guía y como apoyo emocional. Es un espacio planteado
para que se sienta escuchada y para darle la oportunidad de que sea ella misma
con sus opiniones y decisiones. En las sesiones de musicoterapia se transmite
confianza y seguridad, se garantiza su confidencialidad para que en todo
momento la mujer se sienta respetada dentro de un clima cálido y cercano.
La metodología a
utilizar es activa y participativa para que sean protagonistas de su proceso
terapéutico desde sus expectativas e intereses. La musicoterapia es una
experiencia vivencial que les permite un crecimiento integral a todos los
niveles. La música estimula su autoestima y hace que luego de varias sesiones,
puedan decidir e intervenir en la programación de las actividades que más les
gusta hacer y sobre todo reorganizar su nueva vida. A la conclusión que llegan
muchas de ellas que han hecho musicoterapia es que no es fácil salir de esa
situación pero que sin lugar a dudas se puede…. Este tratamiento ha sido una
ayuda más que les ha servido para empoderarse, para darle valor a las
experiencias vividas, a reestructurarse y a seguir adelante con esperanza.
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